miércoles, 26 de marzo de 2014

Como comenzar?

Querida Dharma.

Esto de ser padre es muy difícil, o por lo menos lo es para mi, tu madre aún te lleva en el vientre y esta más cerca de ti y yo mientras tanto miro desde lejos, parezco un acechador, un vouyer, me siento como el obsesivo personaje de una pelicula de Hitchcock, quiero ser parte del asunto y la naturaleza me aleja. Mientras tu madre esta involucrada en un cien por ciento yo solo soy un extra en tu gestación. Si esto fuera un desayuno tu madre sería el cerdo que coloca su piel, su tocino, en el y mientras yo solo sería la gallina que colaboro con los huevos pero que mantiene a salvo su integridad.
Hay momentos en que me enerva escucharla hablar de como te mueves y revuelcas en su estómago, habla que pareces un futbolista del River Plate y cuando yo miro no noto nada te calmas a mi mirada y pienso que si desde ya te provoco susto; hay veces en donde tu mamá insiste en que le toque la barriga y la verdad no siente nada, o sólo siento la dureza de la panza así como cuando yo como frijoles. Me enfermo del colon.
Aunque públicamente yo nunca afirme que quería tener hijos, muy dentro de mi siempre quise tener una hija, si una hija, los niños me parecen demasiado latosos y hartos, teniendo que manifestar una agresividad falsa que la culturales impone, la delicadeza que tienen las niñas me parece más original más sensata para este mundo. Tu nombre nació dentro de mi hace unos años, mientras que en ocaña comenzaba una fiebre por un rescate estúpido de nombres bíblicos, que parecen más nombre mascotas, que nombres humanos: Mateo, Matías entré otros, yo andaba sin preocuparme por como bautizar a mi primogénito o primogénita; estaba recién egresado de la secundaria y entre el lapso de tiempo que demore en entrar a la universidad me dedique a escuchar a los Beatles y a ver comedias gringas de sofá, dentro de las muchas comedias a las cuales me aferre había una en especial que me gustaba, la daban los lunes a las siete de la noche, se llamaba Dharma and Greg y contaba la historia de la hija de unos hippies que se enamoraba de un corredor de bolsa y pues la trama iba en como esas dos culturas se lograban tolerar en la diferencia y gracias al afecto. Me fascinaba la protagonista, nunca me supe el nombre, más tarde lo busco en Google, y te lo escribo, era un rubia muy divertida, muy ligera, que hacia todo lo que le molestaba a el, pero al final terminaban juntos en la cama, así te soñé en aquella lejana época, como una mujer independiente y contestataria, pero con la prudencia que sólo da el amor. Como confesión te contare que con todas la parejas que tuve en mi vida, cada vez que planeábamos un futuro juntos les hablaba que mi primogénita se iba a llamar Dharma, de entrada descarte la posibilidad de tener un hijo varon de primogenito, no te sientas mal con tu mamá,  ninguna de aquellas mujeres, las cuales fueron personas maravillosas, era la destinada para ser tu madre, tu fuiste mi sueño pero fue tu madre la que le puso el pájaro adentro a ese kilo de plumas.
Más adelante te contare mi versión de lo que es el Dharma, ahora debo comenzar el día pues tu madre ya se despertó.

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