lunes, 7 de abril de 2014

Y nada que llegas

Querida Dharma.

Aún seguimos esperándote, esta es la segunda semana en que tu mamá tiene dolores y el médico nos ha dicho que estas en posición y que en cualquier momento tu naces.
Hoy es siete de abril y yo quisiera que nacieras mañana ocho, el cual es una fecha especial para mi, hace más de veinte años, un ocho de abril, yo perdí la alegría de mi infancia: en esa fecha, murió mi abuelo. Mi abuelo fue para mi como un padre, un héroe y un dios; era muy grande, parecía una mole, recuerda su fuerza como la de un titán, tenía la barba blanca y larga como la de dios en la estampita de la santísima Trinidad.
Ante la falta de una figura paterna, yo me aferre a el; la creatividad con sus manos era única podía hacer cualquier cosa en madera, era capaz de arreglar cualquier cosa descompuesta y lo sabía todo en el mundo. El me enseño a leer, y me creo el gusto por la lectura. Han pasado muchos años y mucha agua por debajo de este puente, pero la falta y el dolor siempre han estado ah; si tu naces en esta fecha sería como si se extendiera un hilo de plata que atraviese más de dos décadas de historia, se unirían cuatro generaciones por  una feliz casualidad, y ese día triste en mi calendario se llenará de color. Pero tu naces cuando debas nacer, esta más bien fue la excusa para hablarte de tu bisabuelo, como me hubiera gustado que lo hubieras conocido.